sábado, 1 de mayo de 2010

Otra pudo ser la historia

Quizás es casualidad o tal vez premonición, o una preocupación natural que estaba en mí, pues tanto yo como mis seres queridos transitamos por las guillotinas ocultas de las que hablé en mi artículo anterior publicado el 29 de Abril de 2010. Y ¡zas! nos tocó. Mi hijo regresaba de una hermosa celebración, en un estado de sobriedad que pude comprobar y un abusador e irresponsable chofer de inmensa gandola le cerró la vía para evitar el borde de una construcción que realizan para ampliar la Intercomunal de Cabudare-Barquisimeto a la altura del conocido restaurante de comida rápida Mc. Donald’s. Para estos arreglos rompieron las aceras y realizaron una excavación que tiene aproximadamente 70cm de profundidad y las señalizaciones que colocaron en la orilla son unos flacos tubos amarillo pálido.
Pues al verse encerrado por un vehículo muuuuchoooo más grande que el suyo, mi hijo golpeó contra la isla y perdió el control de su carro quedando en dos ruedas, al posarse de nuevo el carro sobre la calle y con vida propia, cayó en la zanja que mencioné anteriormente haciendo piruetas hasta que una pared lo detuvo. Un ángel de la guarda lo protegió, pues la gandola no lo golpeó directamente, no iba a exceso de velocidad puesto que no dejó marcas en el asfalto y no venían carros detrás de él. Gracias a Dios, podemos hoy contar el evento con la alegría de que ni un rasguño tuvo y los daños materiales (obvios en las fotos anexas) en algún momento se solucionan. Otra pudo ser la historia.



A este cuento real hay que anexarle otra realidad triste de nuestro país, el abusivo e injusto trato oficial. De víctima pasó a victimario. Le detuvieron el carro, pues sin prueba de alcoholímetro ni videos para observar la velocidad fue acusado de tales conductas infractoras, y quien pudo haber sido lastimado o asesinado por un irresponsable y una construcción sin la protección adecuada le tocó pasar por desagradables trámites en la inspectoría y pagar una enorme suma de dinero en multa y otros “HONORARIOS”.



Lástima contarnos en las estadísticas que poco toman en cuenta los entes oficiales, solo que con un saldo felizmente positivo.

2 comentarios:

  1. Leer la secuencia de ambos artículos (29 de abril y 1ero de mayo) es increíble. Me dejó pensando. Lo que es la mente humana y el instinto materno...Qué cosa más grande!!!
    Del tema en sí: el estado de la vialidad en Venezuela y el manejo dado por los entes oficiales, no se puede decir nada más a parte de lo claramente expresado en los artículos. Es una situación preocupante, indignante y muy frustraste. También fui víctima de un accidente en el que me podía haber pasado algo muy feo, en mi experiencia, con una moto. Gracias a Dios tenemos un Angelito de la Guarda que nos protege. Lo más triste es el trato despectivo y humillante que se recibe por parte de los oficiales, a lo que le subyace un grave problema social y profundos prejuicios. Pasamos de ser víctimas a victimarios, sin querer ni saber...

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  2. Hola Liliana, aunque hace poco coincidí contigo en un conversatorio de la UNEG (al que por cosas de tiempo no pude quedarme), siento que te conozco hace mucho y quizá deba esto a que mi tía siempre te nombra por motivos diversos y ahora con Camilo de Asís... ya la mención no sólo es obvia sino necesaria jajajaja. Lo del cocinar ya lo tenía de referencia, también por mi tía, pero me alegró bastante conseguir una receta diferente para hacer lo mismo de siempre, caraotas y arroz, pero explicada bien fácil, como para que yo y otros se animen a hacerla, por ello te animo a que sigas regalándonos un poco de tu arte a las que también sin escuela nos gusta cocinar un poco.
    En cuanto al accidente, ni modo Liliana, creo que vivir en el país ya nos condiciona para agradecer a Dios salir ilesos y poder contar con la platica necesaria para pagarle al vigilante de tránsito que nos toque aún cuando nosotros tengamos la razón.
    Saludos, giraluna27

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